La comunicación, un hecho complejo y apasionante


El psicólogo suizo Karl Jung decía que cuando dos personas hablan, en realidad hablan seis personas:

Las dos personas que hablan, el que creemos que somos, el que cree que es el otro, aquel que creemos que es el otro, aquel que el otro cree que somos.

… vaya, todo un programa…

La comunicación es una de las funciones más complejas del ser humano.

En la naturaleza todo y todos comunican. Véase por ejemplo dos casos bien distintos: las flores atraen a los insectos adecuados con sus códigos de colores, podríamos decir que les llaman con estrategias casi publicitarias;  los infrasonidos de las ballenas, se comunican, aunque nosotros no logramos comprender qué se dicen.

El ser humano realiza algo más complejo al incorporar el lenguaje verbal a su comunicación. Creemos que controlamos nuestra comunicación porque creemos controlar nuestro lenguaje. Pero lejos de ello, muchas veces es el lenguaje quien nos formatea sin que lleguemos a ser conscientes de ello.

La manera que tenemos de hablar del mundo nos determina nuestra visión del mundo. El cómo hablamos de nosotros y de los demás, nos limita o nos libera, dependiendo de si expresamos prejuicios o hablamos de forma centrada. Un ejemplo muy simple lo tenemos con las personas de bajo nivel cultural que manejan un número reducido de palabras y esto corresponde a las limitaciones que encuentran. Cuando alguien aprende, se dice que se le abre el mundo, ha incorporado nuevas palabras que forman nuevos conceptos que abren a nuevas realidades y posibilidades.

Hablar correctamente es un arte, el arte de comunicar lo que se quiere decir realmente. La primera dificultad es saber qué es lo que se quiere decir. La segunda etapa es buscar cual es la forma adecuada para expresar lo que se quiere decir, adaptándose al o los receptores. La tercera etapa es saber cuando se debe decir.

Es por ello que en el zen se habla de la importancia del silencio. En realidad toda comunicación certera nace del silencio, de la calma interior que facilita la claridad de la mente y de la expresión. Para ello las emociones deben estar moduladas en su tono adecuado, no interfiriendo o cargando las expresiones con un exceso o con una falta.

Es bien sabido que la parte verbal – racional de la comunicación es un porcentaje bastante más reducido que la parte emocional de la comunicación o comunicación no verbal. La comunicación verbal tiene pautas que podemos aprender a manejar correctamente. La comunicación no verbal se muestra más compleja cuando pretendemos “controlarla”. Se puede aprender a tener un tono adecuado a ciertas situaciones, a modular la voz, a cambiar el ritmo y el volumen, a acompañar nuestro discurso de gestos favorables que faciliten la comprensión, pero siempre habrá signos que nos van a escapar y se van a manifestar a pesar nuestro. Muchas veces, a más se intenta controlar la parte no verbal, a más se intenta hablar correctamente, más probable es que se produzcan deslices fatales.

¿Cuál es la clave del éxito entonces? ¿Se puede realmente hacer algo para favorecer una buena comunicación?

Por supuesto que sí. Pero no se lograra situándose en el exceso de control. Algunas de las claves para logar una comunicación eficaz son:

  • Aprender las técnicas de base para una buena comunicación verbal
  • Clarificar qué queremos decir con precisión
  • No hablar con precipitación
  • Saber escuchar
  • Conocer nuestras propias reacciones
  • Estar atento a nuestras emociones
  • Empatizar con las emociones de los receptores
  • Comprender nuestras limitaciones para controlar nuestros mensajes
  • Aceptar que podemos equivocarnos y aprender de nuestros errores
  • Procurar hablar en acuerdo con lo que de verdad pensamos y sentimos

El secreto es querer comunicar. Para ello, hay que estar de acuerdo consigo mismo y con el mensaje que se quiere transmitir y segundo, abrirse al otro, sintonizar con el otro.

Laia Monserrat

psicóloga clínica, consultora y coach ejecutiva

  • A continuación incluyo un artículo que he encontrado interesante para completar este post sobre la comunicación:

A. Ros  http://www.interempresas.net/

Comunicación en la empresa

Centrándonos en el plano de las organizaciones, nos referiremos a ellas como entornos sociales en los que uno o varios individuos interactúan entre sí, ya sea directamente o a través de instrumentos o plataformas (ya veremos cuáles) en relación simétrica o asimétrica. Uno a uno, uno a varios, varios a uno, varios a varios…, y con jerarquías iguales o distintas, con objeto de posibilitar determinados objetivos de diferente naturaleza económicos, sociales… necesarios para el normal funcionamiento de la organización.

Ya se ve que tal complejidad no puede augurar nada bueno. De hecho, como ya apuntaba, la comunicación es fuente de una de las mayores patologías en nuestra sociedad y nuevamente se reproduce en todos los ámbitos en los que se relacionan las personas (laboral, familiar, social…).

Podemos decir que existe un amplio consenso al considerar que la comunicación es un factor clave de éxito en la buena marcha de las organizaciones, dado el papel clave y crítico que desempeña. Quien no ha oído las permanentes quejas en la línea de: …en esta empresa no hay comunicación, mi jefe no me informa, nunca nos enteramos de nada…. si no fuera por radio macuto, rumores de cafetera…no conozco mis objetivos, no sabemos hacia dónde vamos…

Cuando analizamos encuestas de clima laboral, cuando analizamos entrevistas de salida, entrevistas de desarrollo, evaluaciones,…en todos los casos la comunicación sale retratada como culpable de buena parte de los problemas…

También cabe señalar la parte positiva: cuando un líder es apreciado y bien valorado por sus colaboradores y por sus superiores, en todos los casos se le reconoce como muy buen comunicador. Les sugiero que hagan ustedes la prueba, piensen en diferentes situaciones de su entorno y comprobarán cómo todo gira alrededor de la comunicación.

En el caso de las empresas varios factores o variables generan complejidad, repasemos algunas:

  • Estructurales: tipo de sociedad, estructura, masa crítica, tamaño, sector, posicionamiento respecto a la competencia, al mercado…
  • Situacionales y coyunturales: historia, momento actual, hechos concretos (cambio accionariado, crecimiento, involución, concentración…
  • Culturales: estructura de creencias y valores, cultura formal, informal…
  • Perfil del management, estructura de personal, capacidades y competencias, estilos de gestión…
  • Políticas y sistemas de gestión.
  • Posición económico-financiera y patrimonial…

Estas y muchas otras variables definen, condicionan, el mapa de interacción que cataliza la relación entre personas y entre líderes de la organización.

Analicemos algo más sobre la comunicación: es una de las acciones más importante del “management” ya que actúa como correa de transmisión de la propia acción de gestionar, de dirigir, de liderar. Para empezar puede ser, en sí misma, una actitud, una política, una herramienta, una acción (la forma en que estamos comunicando puede cambiar significativamente el contenido)…

La comunicación es, a su vez, gestionada por uno o varios individuos que pueden utilizar códigos, registros iguales o distintos, en consonancia con la cultura y valores de la organización, o no.

La información que se transmite puede ser, necesaria o no, estricta o no, fiable o con ruido, contaminada…, a tiempo o extemporánea, redundante, suficiente, escasa, parcial imparcial, correcta, ética…

Inevitablemente necesitamos consensuar unas “reglas del juego” para que la comunicación sea eficaz:

  • La actitud de las personas es fundamental.
  • La comunicación no verbal debe estar alineada con el contenido a comunicar y con el estilo y actitudes explicitadas.
  • La comunicación debe ser efectiva (veraz, a tiempo, bi-direccional, basada en el principio de escucha activa, sicera, honesta, inteligente, concreta…).
  • El mejor canal es la comunicación interpersonal, “face to face”, aunque podemos apoyarnos en diferentes instrumentos, canales complementarios pero no sustitutivos. Cuantas veces alguien “se esconde detrás de un e-mail” para decir algo que no es capaz de hacerlo personalmente.

La comunicación del líder

Como hemos visto, una de las competencias más valoradas y más evaluadas en los mandos es su capacidad de gestionar eficaz y eficientemente la comunicación. Constituye una competencia crítica para muchos puestos y por tanto la buscamos en muchos directivos ya que es absolutamente vital para dirigir personas. La buena comunicación como ejercicio de liderazgo efectivo está presente en delegar, formar, transmitir los objetivos, ayudar a desaprender para integrar nuevos conocimientos, …

Un buen líder debe ser capaz de transmitir no sólo el qué (objetivos), sino el cómo (metodologías y normativas), el con qué (herramientas…), y para qué (misión, visión, …). En definitiva, el buen comunicador crea valor en la organización.

Al buen comunicador le interesan las personas, sabe escuchar, es flexible y creativo, capaz de generar carisma, ascendencia, da consejo, genera modelo, capaz de delegar, desarrollador, motivador, capaz de desaprender modelos y adaptarse al entorno, comparte lo que sabe (dentro del marco de confidencialidad al que se deba), es empático.

Para que la comunicación constituya una ventaja competitiva y no un problema, debe gestionarse y ordenarse. Debe planificarse, hay que generar un modelo de gestión adecuado al tamaño y formato de cada organización, a su cultura y a su situación específica. Un eslogan que resume tal filosofía podría ser “la comunicación no se improvisa, se gestiona”, necesita de una organización, de unos medios, de una actitud consolidada de unos “promotores”, los directivos, las personas y necesita de una cultura basada en la transparencia.

No Comments Yet You can be the first to comment!

Sorry, comments for this entry are closed at this time.