Crisis what Crisis 2


Según las últimas observaciones publicadas por IESE, los nuevos directivos, confrontados a entornos cada vez más hostiles e inciertos, han de tener nuevas características para triunfar.

La primera es poder avanzarse al futuro, es decir, detectar las tendencias de los mercados i para los más innovadores…crear tendencias. Ya no hay planificación a largo plazo, hay que adaptarse rápidamente a las nuevas situaciones, ser ágil y dinámico.

La segunda característica es adaptar los modelos de negocio a las necesidades que se van perfilando, es decir, a las necesidades detectadas. Hay que adelantarse para ver las nuevas tendencias. Por eso hay que salir del despacho, hay que ir a buscarlas, a captarlas…es el management by walking around…

La tercera característica es dedicar mucho tiempo a las personas, al equipo. Esto significa reconocer el talento, cuidarlo i formarlo, motivándolo e implicándolo en los proyectos.

A todo esto hay que añadir una cultura de empresa fuerte, con valores compartidos que serán los que asegurarán el éxito a largo plazo.

Si se fijan, lo que se pide a los nuevos directivos es tener una gran presencia y una inmensa atención al instante presente. Es una mente abierta y alerta la que puede reconocer las tendencias y/o llegar a crearlas. Para captar las necesidades antes de que los propios consumidores se den cuenta, se necesita intuición y capacidad de observación de la realidad.

Como dicen los chinos: “Las sombras de los acontecimientos futuros se proyectan en el presente”, es decir, la única forma de ver por dónde van las cosas es realizar un buen análisis de la realidad presente.

Pero todas estas características que acabamos de mencionar ¿son capacidades naturales o aprendidas?

Por supuesto que hay personas que tienen un talento natural para adaptarse y para comprender las necesidades y tendencias del mercado. Lo que sucede es que los cambios actuales son tan grandes y rápidos, que los mismos cambios consumen a las personas. Quiero decir que para estar en esta situación de alerta, de atención plena y de capacidad creativa constante, los directivos no suelen tener recursos más allá de sus propios recursos naturales. Y estos recursos naturales hay que cuidarlos y ampliarlos. Se da muchas veces por descontado que las capacidades innatas del líder estarán siempre disponibles. Pero esto no es cierto. Los líderes, los directivos, necesitan herramientas que los ayuden a disponer de sus capacidades en todo momento, sin agotarse. Hay que mimar al talento, favorecerlo y mantenerlo en las mejores condiciones.

Hay técnicas que acompañan, potencian y desarrollan estas capacidades de adaptación, de presencia al instante presente y de apertura. Son técnicas milenarias que hasta hace poco estaban restringidas en ámbitos cerrados. Son técnicas de meditación zen, que actualmente han sido estudiadas y validadas científicamente.

Las personas que utilizan estas técnicas no sufren el gran desgaste que comporta todo cargo directivo. Porque si no se tienen recursos para recargar las pilas, el día a día va disminuyendo la energía personal y el mismo sistema obliga a reemplazar las personas para encontrar nuevas ideas y energías. Esto es una gran inversión de tiempo, de dinero y de esfuerzo para la empresa. Es más simple prevenir y acompañar el talento existente. Esta es la buena estrategia.

Las técnicas de meditación, acompañadas de técnicas modernas de psicología positiva y de resolución de conflictos aportan herramientas para el día a día que son fundamentales para mantener las capacidades directivas al máximo, con el mínimo desgaste personal.

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